Corrientes

¿Universidad “gratuita” y sin selección de estudiantes? (*)

Publicado en abril 24, 2024.

El debate que estamos viviendo en Argentina genera un interesante contexto para ver cómo funcionan los sistemas universitarios de otros países, con realidades muy distintas. Parece que por una causa esencial de la naturaleza, la universidad debe ser “eternamente gratuita y abierta” pero esto no es así en todo el mundo. Por eso, queremos describir muy brevemente la forma en que funciona el sistema universitario de los Estados Unidos.

En este marco, queremos dedicar unas pocas palabras a describir el funcionamiento del sistema universitario en los Estados Unidos, país donde claramente no es gratuita y hay selección de los alumnos que cada universidad elige para que estudien en ellas.

A continuación, algunos breves puntos para mostrar algunas diferencias básicas con el sistema argentino:

– Todas las universidades en los Estados Unidos son pagas. Sean privadas o sean provistas por los Estados (equivalentes a nuestras provincias).

– Precio. Cada universidad puede establecer el “precio” anual que desee, según su prestigio y atractivo en el mercado educativo. En consecuencia, existen rankings por carrera, rama, especialidad, etc. que permiten que el potencial alumno evalúe dónde invertir su tiempo y dinero. Es muy probable que las más prestigiosas sean las más caras y las menos, más baratas.

– Cupos. Las diferentes universidades, escuelas y carreras tienen un cupo de alumnos anual que podrán cursar. No es infinito ni ilimitado este número pues es necesario asignar recursos para tal fin. En este marco, los estudiantes se pueden postular y esperar a ver si son elegidos.

– Aplicaciones (postulaciones). Los candidatos a estudiar en la universidad “x” se postulan, sea cuando están en el fin del secundario (“high school”) o mientras terminan sus carreras de grado, en el caso de los posgrados. Los alumnos se postulan a varias y pueden ser elegidos por algunas. Es común que los estudiantes se muden a diferentes ciudades del país para cursar en las instituciones que los eligen. 

– Criterios de selección de estudiantes. Las universidades eligen a sus candidatos de acuerdo a diferentes criterios, algunos vinculados a la calificación en diferentes exámenes que deben rendir, por ejemplo, a lo largo del “high school”, o durante la cursada de la carrera de grado, así como actividades extracurriculares y experiencia en ámbitos específicos. Esto hace que los chicos (del secundario) ya se involucren en el proceso de elección de su carrera, de su universidad, de su elección de vida profesional desde una temprana edad.

– Proceso de selección de estudiantes. Tal como señalamos, las universidades eligen a los candidatos de acuerdo a su perfil y los candidatos se postulan a diversas universidades, de mayor o menor prestigio. Evidentemente, las más prestigiosas es posible que sean más caras y que para ingresar exista una mayor competencia.

– Universidades privadas y estaduales. Suele suceder que las universidades privadas son más caras que las universidades de los “Estados” (equivalentes a nuestras provincias). En Argentina, las universidades que vemos en todo el país son “nacionales”, esto quiere decir que no son financiadas por los “pagadores de impuestos” de la provincia o municipio respectivo, sino por los “contribuyentes” de todo el país.

– Deducción de impuestos. La inversión realizada por los padres (o los hijos, propiamente dichos) para su estudio es deducible de impuestos, reflejando esto una alineación de intereses entre la sociedad y los recursos del estado. 

La educación universitaria es considerada una inversión por parte de las familias. De hecho, es muy común que los padres comiencen a invertir en un “fondo” específico, desde que los chicos son pequeños para tal fin.

Existen universidades “acreditadas” y “no acreditadas” por organizaciones privadas y algunas estaduales (de las provincias), que validan la “calidad” de los sistemas educativos. En términos generales las “acreditadas” tienen un mayor reconocimiento que las no acreditadas. 

– ¿Cuánto cuesta un año de estudio en los Estados Unidos? Es difícil contestar esa pregunta, pero podríamos decir que varía entre unos 5.000 dólares en una universidad estadual (provincial) para los residentes en el Estados. Y cerca de 80.000 dólares en las privadas más prestigiosas.

– No existe algo así como la “CONEAU” que desde el “gran hermano Estado” controla, valida, homogeneiza los procesos de estudio.

– Becas y créditos. En el caso de que los potenciales alumnos no cuenten con los recursos para estudiar (habiendo sido elegidos por la universidad para ser alumnos) existe un importante menú de créditos, que se pueden devolver en algunas décadas. Por otra parte, en el caso de alumnos sobresalientes, las universidades otorgan una cantidad limitada de becas para ellos.

Este sistema -tan diferente al argentino- genera un círculo virtuoso, de mejora continua, competencia e innovación, donde los mejores candidatos van a las mejores universidades. Y las universidades compiten por estar mejor rankeadas y ser más atractivas. 

También, desde hace ya algunos años, existe una cantidad creciente de universidades “virtuales” que se suman a las que tienen el sistema presencial tradicional. 

Por otra parte, dada la enorme velocidad de avance del conocimiento, cada día se cuestiona más que las universidades sean las únicas instituciones capaces de aportar al proceso formativo. En este marco, instituciones como Google (y muchas otras) desarrollan programas de formación específicos, dadas las necesidades inmediatas del presente y el futuro.

En síntesis, es interesante ver qué pasa en otras partes del planeta para darnos cuenta que lo que a veces defendemos a rajatablas no es la única opción posible, factible ni existente.

(*) por Martín Simonetta, Director Ejecutivo de la Fundación Atlas.

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